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¿Cuáles son las 7 maravillas del mundo moderno?

Como en el artículo anterior, encontraréis datos sobre las 7 maravillas del mundo antiguo, en el artículo de hoy, os voy a contar más acerca de las 7 maravillas del mundo moderno. En el año 2007, una empresa privada llamada New Open World Corporation organizó una votación mundial a través de internet y SMS para escoger las 7 maravillas del mundo moderno. Se contabilizaron más de 100 millones de votos, y las ganadoras fueron…

EL COLISEO DE ROMA

Conoce las 7 maravillas del mundo moderno. Como acto propagandístico, el emperador romano Vespasiano, fundador de la dinastía Flavia, decidió regalar al pueblo de Roma un enorme anfiteatro público donde se ofrecieran de manera gratuita combates de gladiadores y fieras, así como recreaciones de grandes batallas terrestres y navales. Las obras se iniciaron en el año 72 d. C. y se prolongaron durante 8 años. Vespasiano no lo vio finalizado, ya que murió en el año 79, y la construcción concluyó en el 80, durante el reinado de su hijo y sucesor, Tito, quien lo inauguró.

Las 7 maravillas del mundo moderno, el Coliseo

Por eso, aunque en la actualidad todos lo conocemos como el Coliseo, su nombre original es ‘Anfiteatro Flavio’, ya que fueron los emperadores de la dinastía Flavia quienes lo construyeron. Entonces, ¿de dónde viene el nombre de Coliseo? Se cree que surgió en el siglo VIII a raíz de una enorme estatua del emperador Nerón que estaba situada al lado del anfiteatro y a la que la gente llamaba popularmente “el Coloso”. No se sabe quién fue el arquitecto que lo diseñó, pero es algo bastante usual en las grandes obras romanas, creadas para gloria de los emperadores y no de los arquitectos.

Con 188 metros de largo por 156 de ancho y 48 de altura, el Coliseo tenía una capacidad máxima de unos 50000 espectadores. Bajo la arena, de forma ovalada, había una plataforma de madera que cubría el hipogeo, un entramado de túneles y mazmorras donde aguardaban los gladiadores, las fieras y los condenados. Aunque el último combate de gladiadores celebrado en el Coliseo tuvo lugar en torno al año 453, en él se continuó celebrando otro tipo de competiciones, como la caza de fieras, hasta el siglo VI.

Desde entonces, sus túneles y galerías fueron ocupados por los habitantes de Roma, que utilizaron el Coliseo como un espacio donde comer, dormir y cuidar de sus animales, como si fuera un barrio más de la ciudad. Hasta que en el año 1349, un gran terremoto destruyó parte de sus estructuras, en especial las del lado sur, y el Coliseo fue abandonado por los romanos, quienes emplearon sus piedras derruidas para construir palacios, iglesias y otros edificios por toda la ciudad.

CHICHÉN ITZÁ una de las 7 maravillas del mundo moderno.

El sitio arqueológico de Chichén Itzá, situado en el estado de Yucatán, en México, lleva inscrito merecidamente en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1988. Fundada en el año 250 de nuestra era, la ciudad, capital de los mayas itzáes, fue prosperando hasta convertirse en el principal centro de poder de la península yucateca entre los siglos X y XVI, aproximadamente.

La lista de construcciones notables de Chichén Itzá es muy amplia: el templo de Kukulcán, el Observatorio, el Gran Juego de Pelota, el Templo del Jaguar, el Templo de Venus, el Grupo de las Mil Columnas… Sin embargo, tras la votación para escoger las 7 maravillas de mundo moderno resulta un poco confuso saber si la gente eligió Chichén Itzá en su conjunto o tan solo el templo de Kukulcán, ya que en la web se votaba por Chichén Itzá a secas, pero en la descripción de la maravilla se hablaba únicamente del templo.

En cualquier caso, es cierto que la estructura más popular de Chichén Itzá es esa pirámide construida en torno al siglo XII por los mayas itzáes. Aunque con sus 30 metros de altura no es una pirámide grande si se la compara, por ejemplo, con la gran pirámide de Guiza, en Egipto, que es casi 5 veces más alta, el templo de Kukulcán destaca por sus detalles arquitectónicos y sus simbolismos astronómicos y calendáricos.

Kukulcán, que en maya yucateco significa “serpiente emplumada”, es una deidad dela mitología maya que, para algunos expertos, es el mismo dios Quetzalcóatl de la mitología azteca. La pirámide de Chichén Itzá está dedicada a él, lo que se aprecia en detalles como las cabezas de serpientes emplumadas que rematan los extremos inferiores de las escalinatas. Unas escalinatas que, entre todas, suman 364 escalones, uno por cada día del año, si se le suma la plataforma superior como un escalón más.

En la década de 1930 se descubrió la existencia de una sub estructura, una pirámide de unos 20 metros de altura y mucho más antigua –probablemente de entre los siglos VI y IX– sobre la que se había construido la pirámide actualmente visible. En 2016, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Nacional de Antropología e Historia descubrieron, gracias a una tomografía eléctrica tridimensional, que existe otra pirámide, aún más antigua, de 10 metros de altura, en el corazón del templo.

Poco antes, confirmaron también que bajo la pirámide había un cenote subterráneo de 35 metros de largo y 20 de profundidad, como ya apuntaron en 1997 científicos de las universidades de Minnesota y San Francisco. Según algunos especialistas, aquella masa de agua podría haber representado para los mayas el centro del mundo, ya que alrededor del templo de Kukulcán, en los cuatro puntos cardinales, hay sendos cenotes equidistantes, por lo que es posible que construyeran la pirámide intencionadamente sobre el cenote situado en medio de todos.

En 2017, un equipo del proyecto Gran Acuífero Maya intentó acceder a aquel cenote explorando las cuevas subterráneas aledañas. Y encontraron un acceso… que estaba bloqueado por piedras que, según parece, fueron colocadas ahí intencionadamente hace mucho tiempo.

EL CRISTO REDENTOR

En la ciudad brasileña de Río de Janeiro se encuentra el cerro del Corcovado, un monte de 713 metros de altura cuya cima, desde el año 1931, está coronada por una emblemática estatua de Jesucristo al estilo art déco. La idea de crear un monumento que simbolizara el espíritu religioso de Río de Janeiro surgió en el siglo XIX, a sugerencia del religioso Pedro María Boss, quien contó con el apoyo de la princesa Isabel de Brasil.

En 1921 cuando se decidió llevar a cabo la idea para celebrar el centenario de la independencia del país, proclamada en 1822. Se convocó un concurso público y el proyecto seleccionado fue el del ingeniero brasileño Heitor da Silva Costa, quien contó con la colaboración del pintor brasileño nacido en Italia Carlos Oswald para dibujar el diseño del Cristo. Una vez ganado el concurso, el ingeniero brasileño recurrió al escultor francés de origen polaco Paul Landowski para crear la estatua.

El Cristo Redentor o Cristo del Corcovado

La esculpió, dividida en cientos de piezas que fueron enviadas a Río para su montaje. Solo la cabeza estaba compuesta por más de 50 piezas. Sin embargo, el rostro no lo esculpióLandowski, sino un artista de su equipo, el rumano Gheorghe Leonida. En los bocetos iniciales de Oswald, el Cristo sostenía una cruz en una mano y el globo terráqueo en la otra, pero más adelante se decidió prescindir de ambos objetos y colocar los brazos abiertos, para que el propio Cristo fuera la cruz, visible desde toda la ciudad.

Aunque el Cristo del Corcovado está hecho de hormigón armado, con un peso total demás de mil toneladas, las capas exteriores están hechas de esteatita, también conocida como piedra de jabón, un tipo de roca blanda que resiste muy bien las variaciones de temperatura. Afortunadamente, ningún obrero falleció durante su construcción, algo que tiene mérito, teniendo en cuanta la época, la altura y el riesgo que entrañaba. La estatua está hueca por dentro, a excepción de las manos, y en su interior hay una escalera que permite subir hasta diversas salidas al exterior situadas en los brazos y la cabeza.

Colocada sobre una peana de 8 metros de altura, el Cristo en sí mide 30 metros, es decir, más o menos como un edificio de 10 plantas. Sin embargo, no es la estatua de Jesucristo más alta del mundo, sino la tercera, detrás del Cristo de la Concordia, de Cochabamba, en Bolivia, que mide 34, 2 metros, y del Cristo Rey de Swiebodzin, en Polonia, que gracias a su corona dorada alcanza los 36 metros y es la más alta del planeta.

MACHU PICCHU, otra de las 7 maravillas del mundo moderno.

En la Cordillera Oriental del sur de Perú, Machu Picchu, en la cadena montañosa de Los Andes, a 2430 metros de altitud, se alza una obra maestra de la ingeniería y la arquitectura: el poblado incaico de Machu Picchu. Lo que significa “montaña vieja” en quechua, aunque algunos lingüistas opinan que, en realidad, la palabra picchu deriva de la palabra española “pico”. Se cree que aquel asentamiento se construyo alrededor del año 1450 por orden de Pachacútec, noveno gobernante del estado inca.

Lo elevado del emplazamiento, que se alza 450 metros sobre el nivel del valle, no fue impedimento para que erigieran allí una gran variedad de edificios lujosos, tanto civiles como religiosos. La superficie construida mide unos 530 metros de largo por 200 de ancho –es decir, como unos 20 campos de fútbol de buen tamaño–, con 172 edificios en su interior. Los indicios apuntan a que allí vivía una élite de entre 300 y 1000 personas, compuesta principalmente por los miembros de la panaca de Pachacútec.

Las 7 maravillas del mundo moderno, Machu Picchu

La panaca era la familia formada por toda la descendencia de un soberano inca, a excepción de su heredero, quien formaba su propia panaca. Al contrario de lo que muchos piensan actualmente, Machu Picchu no era un lugar remoto ni un refugio secreto: hasta él llegaban ocho caminos incaicos y los valles de la zona estaban densamente poblados, con una gran actividad agrícola. Como la superficie cultivable era escasa, los privilegiados que vivían allí dependían de los suministros que les proporcionaba la masa campesina de la región.

Era compuesta sobre todo por personas de naciones conquistadas por los incas, quienes los habían reubicado a la fuerza tras arrebatarles sus propias tierras. Aunque también había entre la mano de obra de la zona, colonos reclutados por el estado de manera voluntaria, a quienes les habían otorgado un terreno como premio. Cuando, 80 años más tarde, los españoles llegaron a la región ya estaba en decadencia.

Tras la muerte de Pachacútec, otros asentamientos habían cobrado más importancia y se habían abierto nuevos caminos entre ellos que ya no pasaban por Machu Picchu. Es probable que, con el declive económico y el debilitamiento del poder por la guerra civil incaica y la posterior llegada de los españoles, los campesinos aprovecharan para abandonar la zona y regresar a sus tierras de origen.

Aunque quedó casi abandonado, nunca desapareció de los mapas. Los españoles siempre supieron dónde estaba, pero no les importaba nada, aquel poblado ruinoso de escaso interés económico o estratégico. En el siglo XX se “redescubrió”por su valor cultural. Esto gracias al profesor estadounidense de historia Hiram Bingham, quien visitó Machu Picchu en 1911 y, fascinado por lo que allí encontró, comenzó a realizar estudios arqueológicos de las ruinas y a realizar excavaciones en las tumbas incas.

En 1913, la revista ‘National Geographic’ publicó un artículo sobre las investigaciones de Bingham y, desde entonces, Machu Picchu pasó a ser conocido en todo el planeta.

PETRA

En la actual Jordania, al este del valle de Petrala Aravá, a medio camino entre el golfo de Áqaba y el mar Muerto. Existe un estrecho valle en el que está situada la ciudad histórica de Raqmu, capital del antiguo reino nabateo. Hoy la conocemos por el nombre que le dieron los griegos: Petra, que, como sabéis, significa “piedra”. Aquella zona estuvo habitada desde el año 7000 a. C. y, aunque se cree que los nabateos–un pueblo de árabes nómadas– ocuparon Petra ya en el siglo IV a. C. Las evidencias arqueológicas solo se remontan al siglo II a. C., cuando convirtieron a Petra en su capital.

Petra, significa “piedra”

Aquel emplazamiento resultaba fácil de defender y estaba situado en medio de las rutas de caravanas que comerciaban entre Egipto, Siria y Arabia con mercancías valiosas, especialmente el incienso. Además, los nabateos fueron capaces de asegurarse un suministro constante de agua gracias a la construcción de presas y cisternas que aprovechaban las inundaciones repentinas que sufría el lugar. Por todo ello, Petra prosperó y, en el siglo I de nuestra era alcanzó su máximo esplendor, con una población de 20 000 habitantes.

Para que os hagáis una idea relativa, por aquel entonces en la ciudad de Roma vivían, 400000 personas. Con el éxito económico, llegó el desarrollo artístico. Hasta aquel momento, los nabateos no se habían preocupado mucho de la arquitectura: simplemente excavaban en las paredes de piedra y dejaban el exterior tal cual, sin florituras.

Pero a partir del siglo I, influenciados por la arquitectura helenística –ya que estaban en contacto con ciudades como Alejandría–, empezaron a crear los monumentos, tumbas y edificios públicos. Los que es conocida y admirada hoy en día, como el Khazné –el Tesoro de Petra– o el Deir –el Monasterio–, con sus impresionantes fachadas.

En los siglos posteriores, con el desarrollo de las rutas comerciales marítimas, la importancia de Petra decayó, especialmente tras el año 363, cuando un terremoto destruyó muchas de sus estructuras. Durante la época bizantina se construyeron en Petra varias iglesias cristianas, pero la ciudad prosiguió su declive y acabó abandonada. Al igual que sucedió con Machu Picchu, las ruinas de Petra fueron redescubiertas por el mundo siglos después gracias a un hombre, en este caso el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt, quien dio con ellas en 1812.

EL TAJ MAHAL

En la localidad de Agra, en el actual estado Taj Mahal Indio de Uttar Pradesh, se alza el que probablemente sea el monumento funerario más hermoso del mundo: el Taj Mahal, pronunciado en hindi. Lo ordenó construir en 1631 el 5º emperador mogol de la India, Shah Jahan, quien era inmensamente rico y siempre había sido un gran mecenas. Pese a que tenía por lo menos tres esposas, su favorita siempre había sido Mumtaz Mahal, la madre de sus catorce hijos, la mitad de los cuales perecieron en el parto o durante su infancia.

Taj Mahal, las 7 maravillas del mundo moderno

Mumtaz Mahal falleció a los 38 años, mientras daba a luz a su última hija. Desolado por la muerte de su esposa, Sha Jahan se vistió de luto, se retiró de la vida pública durante un año y decidió erigir un monumental complejo funerario para su amada. El complejo Taj Mahal, que ocupa 17 hectáreas, se diseñó por un equipo de arquitectos encabezado por Ustad Ahmad Lahori, el arquitecto de la corte.

En su construcción, que se prolongó durante 22 años, participaron cerca de 20 000 obreros, y combina elementos de la arquitectura islámica, la india, la persa y la turca. Aunque en realidad el Taj Mahal es un conjunto compuesto de varias estructuras –rodeadas por un muro en tres de sus lados y por un río en el cuarto– sin duda el gran mausoleo de mármol blanco es el edificio estrella. En él reposan los restos de Mumtaz Mahal junto a los de su esposo, y atrae a unos 8 millones de visitantes cada año.

Por cierto, si habéis oído alguna vez la historia de que Shah Jahan mutiló a los arquitectos y los maestros obreros que participaron en su construcción para que nunca hicieran algo igual de hermoso… debéis saber que es solo una leyenda: no existe ninguna prueba histórica de que nadie de la época relatara nada parecido.

LA GRAN MURALLA CHINA

Cuando pensamos en el monumento más famoso de China, su Gran Muralla, es muy común imaginar una interminable hilera de muros y fortificaciones que se prolonga de manera ininterrumpida durante miles y miles de kilómetros. En realidad, su aspecto es este: una estructura ramificada compuesta por decenas de segmentos, a menudo inconexos, que llegaron a sumar en total unos 21 200 kilómetros de longitud, contando los tramos de murallas, trincheras y fosos, así como las fortalezas individuales.

LA GRAN MURALLA CHINA

También se empleó la presencia de ríos y montañas a modo de muro natural entre diferentes secciones de la muralla. La Gran Muralla comenzó a construirse hace más de 2300 años, durante la dinastía Zhou, y siguió ampliándose a lo largo de los siglos, principalmente con trabajadores forzados, durante las dinastías Qin, Han y Ming. Esta última concluyó su reinado en el siglo XVII.

La altura media de los muros es de 7,8 metros, y en algunas secciones alcanza los 14 metros, pero, frente a lo que podría pensarse, su función no era evitar que sus enemigos –las tribus nómadas de Mongolia y Manchuria– entraran en China. Dado que soldados bien organizados podrían escalarla por un punto poco protegido: la función principal de la muralla era evitar que cruzaran con sus caballos.

Por último, la pregunta que casi siempre surge cuando se habla de la Gran Muralla: ¿es cierto que se puede ver desde el espacio? La respuesta es… sí y no. Sí, se puede ver con la ayuda de un teleobjetivo, pero no a simple vista. Pese a su gran longitud, la Gran Muralla es tan estrecha como una carretera y, además, su color apenas difiere del terreno que la rodea, por lo que el ojo humano no sería capaz de divisarla sin ayuda.

Siete Maravillas Naturales

Es justo puntualizar que, al haber sido elegidas por un sistema de votación popular, numerosas voces, entre ellas la de la Unesco, criticaron que estas 7 maravillas del mundo moderno no son necesariamente las de mayor mérito artístico o técnico, sino tan solo las más populares. Es decir, las más conocidas o las que más partidarios tienen, de ahí que muchas estén situadas en países de gran población, como China, India, Brasil o México. Pero tampoco se puede decir que el criterio de selección de las 7 maravillas del Mundo Antiguo estuviera poco sesgado.

Seguro que echáis en falta en el listado de las 7 maravillas del mundo moderno alguna construcción que merecería estar entre ellas. Por si os lo estáis preguntando, hubo 77 obras semifinalistas, y algunas de las que se quedaron más cerca de colarse entre las ganadoras fueron: la Torre Eiffel, en Francia… la Torre de Pisa, en Italia… Angkor Wat, en Camboya… la Alhambra, en España… la Estatua de la Libertad, en Estados Unidos… la hoy mezquita de Santa Sofía, en Turquía… o los moáis de la Isla de Pascua, en Chile.

Por cierto, también existe una lista de las 7 maravillas naturales. La misma empresa que organizó la votación de las 7 maravillas del mundo moderno creó una para escoger las 7 maravillas de la naturaleza. Y las ganadoras fueron: la Amazonia; la montaña de la Mesa, en Sudáfrica; las cataratas del Iguazú; el Parque Nacional del Río Subterráneo de Puerto Princesa, en Filipinas; la isla Jeju, en Corea del Sur; el Parque Nacional de Komodo, en Indonesia; y la Bahía de Ha-Long, en Vietnam.

¿Y vosotros? ¿Qué opináis de las 7 maravillas del mundo moderno? ¿Cuál es la que más os gusta de todas? ¿Incluirías alguna otra entre las ganadoras? Me gustaría que nos lo contarais abajo, en los comentarios.

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